En los días sin manifestaciones, el Negromatapacos se desplaza por las calles de Santiago de Chile con tranquilidad, siempre atento a una sirena policial o al grito de un manifestante para acudir en su apoyo. Septiembre de 2012. Una actitud que refleja la lealtad y el compromiso del icónico perro callejero con la causa de la justicia social.